lunes, 19 de mayo de 2008

ANDRÉS ALÉN, CANCIONES DE NAVIDAD

Música y músicos
Un disco para todos los diciembres

Dirección musical, arreglos musicales y piano, Andrés Alén; dirección de coro, Carmen Rosa López; contrabajo y guitarra bajo, Jorge Reyes; percusión, Inor Sotolongo y Roberto Hernández; flauta, saxos sopranos, alto y barítono, Javier Zalba; cuatro y guitarra de doce cuerdas, Jorge Chicoy; clarinete, Vicente Monterrey; guitarra, Osnel Rodríguez; tres, Julio Martínez; laúd, Edwin Vichot; producción musical, María Dolores Novás; productor, UNICORNIO; Producciones Abdala. UN-CD8006.

Un fonograma sorprendente se publicó el 23 de diciembre de 2000 en La Habana, Cuba. La pieza, desde su título, es todo un acontecimiento histórico. Luego de tres décadas de ser censuradas por el gobierno y condenadas al ostracismo, las celebraciones navideñas volvieron a hacerse públicas en la Antilla Mayor desde el 25 de diciembre de 1997.

A solicitud de Su Santidad Juan Pablo II, quien viajó a la isla en enero del 98, el régimen de Castro volvió a declarar feriado el 25 de diciembre. Y, desbordando tanto deseo contenido, el talento de un músico excepcional creó un disco con trece de las más emblemáticas piezas que cantan al advenimiento del niño Jesús, villancicos que durante siglos se arraigaron en Cuba como en toda América.

Andrés Alén, es un artista dotado como pocos para crear en los géneros musicales más disímiles. Su capacidad para expresarse en los diversos lenguajes le permiten andar con desenfado tanto en la belleza simple de un son, como en el universo sonoro del jazz, o en el más deslumbrante virtuosismo del repertorio clásico. Y en este disco compacto pone a prueba esa extraña virtud. En estas trece versiones, Alén elabora melodías navideñas con un exquisito refinamiento técnico, propio del lenguaje de la llamada música clásica, en un entramado de ritmos populares.

Los géneros cubanos del cha cha chá (Jingle bells, Corte-1), la Guajira (The First Noel, C-2), la Contradanza (Deck the halls, C-3), la Rumba (Gloria in Excelsis Deo, C-3), el Danzón (Adeste Fideles, C-6), la Criolla-Bolero (Arbolito, C-7), la Habanera (Hark! The Herald angels sing, c-9), y el son (Los peces en el río, C-11); los ritmos dominicanos de la bachata (White Christmas, C-12) y el merengue (Campana sobre campana, C-13); los aires de la zamba argentina (Silent Night, C-5), el Joropo venezolano (Pastores a Belén, C-8), y el samba brasileña (Joy to the world, C-10) le sirvieron al maestro Andrés Alén para crear un delicioso mestizaje de esquemas rítmicos y formas musicales.

El tono, en todas las piezas, tanto en las voces como en los instrumentos, es bello, pleno, técnicamente perfecto, pero además lleno de sabor popular. Por obra de la inteligente mano de quien escribió arreglos de tan altos quilates, los timbres se mezclan y producen una extensa gama de colores que impresionan los sentidos. Arreglos que son interpretados de una manera brillante por instrumentistas que gozan de gran prestigio en la arena internacional, y por un coro infantil y niños solistas con voces bellísimas, trabajadas al punto de la maestría.

Andrés Alén Rodríguez y un grupo de brillantes músicos cubanos crearon una pieza fonográfica que sin dudas dará mucho de qué hablar, de qué disfrutar y de qué cantar en esta y todas las navidades futuras. Trece piezas que sin duda serán incluidas en la discografía que escucharemos con asiduidad en la Navidad de los años por venir, trece piezas que por su belleza artística volverán para hincharnos el espíritu en cada Navidad.
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